La creencia es un estado de la mente en que se tiene como verdadero el conocimiento que se tiene sobre un suceso o una cosa. Esto es, se cree como verdadero lo que nosotros pensamos de algo. Muchas de las creencias que tenemos se pueden afirmar o desmentir mediante conocimientos objetivos que se tengan sobre el tema. Sin embargo, cuando entramos en el mundo espiritual, la creencia no puede evolucionar a conocimiento, puesto que no existe nadie ni nada que tengan la verdad absoluta sobre lo que espera más allá. Pero el ser humano es curioso por naturaleza, y al intentar explicar esas creencias, crea la necesidad de una religión, donde todo aquello que no depende de él es porque depende de un ente superior (en ese sentido, podríamos definir al agnóstico como el no curioso, que considera inalcanzable la explicación del más allá, y al ateo como el que no cree que el más allá esté en manos de un ente superior).
El Arte como Creencia es en realidad una herramienta; el Arte es ahora el utensilio con el que, sin querer, definimos nuestra sociedad. Con esto lo que quiero decir no es que todo ritual de una religión sea Arte, sino que cuando explicamos, con el Arte, dicho ritual, también definimos la sociedad que asiste al ritual y, por ende, la cultura que sigue esa religión. Tomése como ejemplo el cuadro Entierro en Ornans. Aunque un funeral no sea necesariamente Arte, Courbet usó el Arte para retratar un funeral, y al hacerlo definió (y queriendo o no, criticó) la sociedad europea del siglo XIX. Una sociedad hipócrita, tan sólo preocupada por la apariencia, donde el ritual religioso es más bien un trámite burocrático para el cura y un evento social para las viudas plañideras que falsamente se lamentan en el fondo.
Puesto que la religión forma parte de nuestras tradiciones, la escuela no puede excluirla de su programa. Es importante educar en el sentido religioso que tienen nuestras costumbres sin necesidad de promover la práctica espiritual. Es decir, no hay que obligar al niño a rezar por las mañanas en una escuela pública, pero sí que hay que explicarle por qué tiene vacaciones en Semana Santa. Pero claro, esto es tan sólo un punto de vista…