¡Bienvenidos al Rincón del Archiduque! Un espacio donde intercambiar opiniones sobre el arte, la escuela... y sobre todo lo que os apetezca.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Arte como Creencia

La creencia es un estado de la mente en que se tiene como verdadero el conocimiento que se tiene sobre un suceso o una cosa. Esto es, se cree como verdadero lo que nosotros pensamos de algo. Muchas de las creencias que tenemos se pueden afirmar o desmentir mediante conocimientos objetivos que se tengan sobre el tema. Sin embargo, cuando entramos en el mundo espiritual, la creencia no puede evolucionar a conocimiento, puesto que no existe nadie ni nada que tengan la verdad absoluta sobre lo que espera más allá. Pero el ser humano es curioso por naturaleza, y al intentar explicar esas creencias, crea la necesidad de una religión, donde todo aquello que no depende de él es porque depende de un ente superior (en ese sentido, podríamos definir al agnóstico como el no curioso, que considera inalcanzable la explicación del más allá, y al ateo como el que no cree que el más allá esté en manos de un ente superior).

El Arte como Creencia es en realidad una herramienta; el Arte es ahora el utensilio con el que, sin querer, definimos nuestra sociedad. Con esto lo que quiero decir no es que todo ritual de una religión sea Arte, sino que cuando explicamos, con el Arte, dicho ritual, también definimos la sociedad que asiste al ritual y, por ende, la cultura que sigue esa religión. Tomése como ejemplo el cuadro Entierro en Ornans. Aunque un funeral no sea necesariamente Arte, Courbet usó el Arte para retratar un funeral, y al hacerlo definió (y queriendo o no, criticó) la sociedad europea del siglo XIX. Una sociedad hipócrita, tan sólo preocupada por la apariencia, donde el ritual religioso es más bien un trámite burocrático para el cura y un evento social para las viudas plañideras que falsamente se lamentan en el fondo.

Puesto que la religión forma parte de nuestras tradiciones, la escuela no puede excluirla de su programa. Es importante educar en el sentido religioso que tienen nuestras costumbres sin necesidad de promover la práctica espiritual. Es decir, no hay que obligar al niño a rezar por las mañanas en una escuela pública, pero sí que hay que explicarle por qué tiene vacaciones en Semana Santa. Pero claro, esto es tan sólo un punto de vista…


miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Arte como Traducción

Cuando hace unas entradas me refería al Arte como Interpretación, opiné que se entendía que una reinterpretación de una obra de Arte podía ser a su vez Arte dependiendo de la forma de expresarlo y del impacto que esta reinterpretación tenía sobre la gente. Hoy introduzco un nuevo matiz; la traducción. La traducción es una reinterpretación de algo que busca la comprensión de una comunidad (concretamente, de la comunidad a la que pertenece el traductor). Cabe distinguir, pues, entre la reinterpretación que hizo Miró de la obra de Sorgh que ya mencionamos (reinterpretación basada en la sensación personal del autor y que no buscaba necesariamente hacer la obra más comprensible para nadie) y la traducción al castellano de una canción inglesa que haya tenido éxito (donde lo que se busca es precisamente hacer la obra más comprensible –no más tierna, ni más alegre, sólo más comprensible- a la comunidad hispana).

En el Arte más comercial (películas, discos, novelas), es común traducir aquello que tiene éxito a diferentes idiomas para que llegue a todo el mundo. Yo tengo la firme creencia de que la traducción se convierte entonces en un Arte, puesto que no nos limitamos a una traducción literal palabra por palabra; substituimos las expresiones originales por expresiones típicas de nuestra lengua, e incluso he llegado a ver diálogos de series americanas que se referían a personajes populares típicamente españoles, porque el traductor y el doblador desean que el público entienda perfectamente el sentimiento que se quiere evocar, y para eso hay que contextualizar el diálogo en cada sociedad. Un ejemplo: el señor Burns se burla del miedo de Smithers (ambos de la popular serie “Los Simpson”) estando en un cementerio, ante la posible aparición del Tío Camuñas. Sin duda en la versión original, el señor Burns mencionaba algún fantasma típicamente americano. Sin embargo, nótese que no se traduce el nombre de Frankenstein ni se substituye por ningún otro, creyéndolo suficientemente conocido en España.  

Hoy os dejo una sola muestra de las canciones y series famosas que he traducido y doblado al catalán por cuenta propia, como prueba de que es posible crear Arte traduciendo, y que se establece con ello un vínculo con una comunidad. Pero antes, una reflexión; la traducción existe como necesidad en el mundo del Arte literario, pero, ¿podríamos llegar a traducir un cuadro? ¿O una escultura? Ahí lo dejo…  


miércoles, 16 de noviembre de 2011

El Arte como Cultura

La cultura, según Wikipedia, es el conjunto de formas (ya sean políticas, artísticas, filosóficas, etc.) que tiene una sociedad para manifestarse. Sin embargo, según la RAE, es el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. A mi entender, aunque estos dos conceptos son diferentes, van muy relacionados. Porque el conjunto de conocimientos al que se refiere la RAE no es cualquier conocimiento; son aquellos que versan sobre una sociedad, sobre una cultura, la cultura a la que se refiere la Wikipedia. Por tanto, alguien tiene cultura si conoce muchas cosas sobre una cultura (la propia o alguna ajena). Una prueba de que el saber nos hace ricos (pues si conoces, posees).

Hay algo especialmente llamativo en tener cultura; y es que está al alcance de cualquiera. Cualquiera puede interesarse por las costumbres y la filosofía que le rodean, si lo desea. Por tanto, aunque en este mundo no todo el mundo es igual de inteligente (o al menos, no lo es de la misma forma) todo el mundo puede ser igual de culto. Nuestro deber, como maestros, no está sólo en facilitar dicha cultura a los alumnos, sino también en hacer nacer esa curiosidad en ellos que les lleve a investigar más sobre su propia cultura y sobre la de los demás.

El Arte es en este caso una vía, un modo de acercamiento a otras culturas a través de sentimientos universales. Y es aquí cuando se establece una relación entre el valor intrínseco de toda obra de Arte y su simbología. Cuando hablamos de simbología, nos referimos a que toda obra de Arte deja entrever una cultura; la del propio autor, la de su sociedad o la de su lado del globo terrestre. Cuando hablamos del valor intrínseco nos referimos a la capacidad de apreciar una obra más allá de si entendemos o no su cultura o nos sentimos identificados. La Sopa Campbell, de Warhol, es apreciada por todos aunque nunca hayas probado la sopa de tomate…

sábado, 12 de noviembre de 2011

El Arte como Creación

La creación es un concepto que se entiende como la construcción de algo a partir de la nada. No falta gente que afirma que hoy en día está todo inventado, pero en el ámbito artístico, sin embargo, soy de la opinión que todo lo que se hace es nuevo, y es por tanto una creación. A veces no tiene un contenido nuevo, pero sí una forma de presentarlo diferente. Tómese como ejemplo la obra Interior holandés I, de Miró, que es a su vez una reinterpretación del cuadro El tocador de laúd, de Martensz Sorgh. Miró dispuso el mismo contenido a la obra, pero la forma de representarlo era totalmente distinta, lo que la convierte en una creación original de Miró, y por tanto en Arte. No nos engañemos; quien copia absolutamente todo de una obra (contenido, forma, material, expresión, técnica…) no hace Arte.

Cuando hablamos de creación, también podemos referirnos a la aparición de un movimiento artístico nuevo, o a la invención de una técnica. En ese sentido, Art Clokey es un buen ejemplo de creación en técnicas, si bien lo que expresaba no tenía por qué ser revolucionario.

La escuela es un magnífico laboratorio de creaciones artísticas, y el maestro de Arte y el de Música son especialmente afortunados en ese sentido, pues sus asignaturas son las que más provecho sacan de la imaginación de los alumnos. Como maestros, todos tenemos el deber, sea cual sea nuestra disciplina, de programar actividades que fomenten la creación y rechazar los ejercicios de repetición y copia, tan industriales. Está demostrado que hasta las tablas de multiplicar se pueden enseñar con trucos y juegos, rechazando la memorización como única salida (aunque sea una opción muy razonable).

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Arte como Interpretación

El Arte es, en general, objeto de estudio. Los supuestos “entendidos” en Arte investigan las obras, las critican, las observan, las analizan; en definitiva, las interpretan. Pero resulta que el Arte, a su vez, es a menudo una interpretación. Una interpretación de la realidad.

Opino que cada individuo tiene una visión diferente del mundo, por lo que colijo que todo artista hace una interpretación distinta de la realidad. Precisamente por ese motivo es tan importante estudiar el autor de una obra; porque eso nos da pistas sobre su contenido. Y por eso, a mi entender, hay mucho Arte no reconocido. Muchas obras de Arte no son vistas como tal porque quienes la miran no entienden lo que el autor quiere decir; y esto ocurre porque esas personas no interpretan la realidad de la misma manera que lo hace el artista. Y aunque nadie interpreta la realidad de la misma manera que el artista, unos pocos se esfuerzan en descubrir esa manera, y admiran la obra aunque no compartan la forma de interpretar la realidad.

El Arte no está en interpretar la realidad; sino en hacerlo de una manera que llegue a nuestros sentimientos. Por eso artistas como Pollock, que interpretaba la realidad de una forma muy impactante e innovadora, con una técnica que le permitía sumergirse en la pintura por completo, no fueron entendidos por muchos individuos, quienes no aceptaban sus obras como Arte, aunque llegaron al corazón de mucha gente.